MARTIN LUTHER KING Y EL MOVIMIENTO OBRERO*

… déjenme asegurarles que nos levantamos juntos o nos hundimos juntos

Martin Luther King Jr.

Por Rev. Juan Ángel Gutiérrez

El Dr. King no fue asesinado en una marcha por la desegregación de los espacios públicos. Tampoco en una protesta por el acceso o el derecho al voto. King fue asesinado apoyando la huelga de los trabajadores de la basura en la ciudad de Memphis, Tennesse. Dicha huelga tenía como fundamento el derecho de los trabajadores a su organización, la necesidad de políticas de salud y seguridad en el empleo y un mejor sueldo. A pesar de la negativa de su círculo íntimo a que participara activamente en esta huelga en medio de la campaña de reclutamiento para la Marcha de los Pobres en Washington, King opto por ser solidario con la clase trabajadora. Vio la huelga como “el punto de partida en el cual la primera fase del movimiento por la igualdad política y los derechos constitucionales seguiría como la fase dos de la igualdad económica

King no fue extraño al movimiento obrero y sindical. En 1958 se pronunció en contra de las mal llamadas leyes del “derecho al trabajo” cuya finalidad eran debilitar la organización sindical. Promovió activamente un ingreso garantizado anual para toda persona. Apoyó el Presupuesto de la Libertad cuyo propósito era dirigir los fondos de la guerra a fortalecer los servicios sociales a la población. Insistió en una Carta de Derechos de los Desventajados y proclamó la necesidad imperiosa de una profunda redistribución de las riquezas. En diciembre de 1963, 24 horas después de haber regresado de Europa luego de recibir el premio Nobel de la Paz, marchó junto a las mujeres negras en huelga en la compañía Scripto en la ciudad de Atlanta. 

La relación de King con el movimiento obrero y sindical empezó en diciembre del 1955 cuando se reunió con A. Philip Randolph de la “Brotherhood of Sleeping Car Porters” en busca de apoyo para el iniciado boicot a los autobuses en la ciudad de Montgomery. Esto lo llevó a establecer relaciones con diversas organizaciones sindicales y obreras, la cuales se convirtieron en importantes aliados del movimiento por los derechos civiles. Michael K. Honey nos dice en la introducción a la colección de discursos de King a organizaciones obreras y sindicales “All Labor Has Dignity” (Todo Trabajo Tiene Dignidad) que “la relación de King con las uniones de izquierda lo ayudaron a desarrollar un experimento de solidaridad entre los sindicatos y los derechos civiles que duró hasta su muerte”. 

En septiembre del 1962, un año antes de la Marcha a Washington, ante el Distrito 65, de la “Retail, Wholesale and Department Store Union” en la ciudad de Nueva York, unión compuesta casi en su totalidad por trabajadores/as negros/as y puertorriqueños/as, presentó un primer esbozo de uno de sus más importantes discursos. En este discurso conocido como “Los Tres Males de la Sociedad” señala la interseccionalidad del racismo, el militarismo y la pobreza no sólo en la sociedad estadounidense sino en el mundo. Esta interseccionalidad será la línea política y teológica que definirá el pensamiento de King hasta su asesinato. 

Un elemento importante a señalar en este discurso es su afirmación de que “nos hemos dado cuenta de que, si queremos ser libre, nosotros debemos hacer algo para eso”. El descontento ante nuestra realidad de explotación y empobrecimiento debe llevarnos a la acción y al reconocimiento de que somos nosotros y nosotras los artífices de nuestra libertad. Ni el estado ni el gobierno son capaces de transformar nuestra sociedad para el beneficio de las mayorías. Somos nosotros y nosotras, en unidad, las que iniciaremos las profundas transformaciones que son necesarias para una vida plena y abundante.

Es importante señalar que la famosa Marcha a Washington de agosto del 1963 llevaba como título “La Marcha por la Libertad y el Trabajo”. El movimiento de derechos civiles estaba muy claro sobre la relación que existía entre las políticas segregacionistas y el empobrecimiento de los negros y de otras minorías. No es suficiente luchar por la igualdad legal o constitucional es fundamental exigir la igualdad y la seguridad económica. 

En marzo de 1968, el Dr. King envió un telegrama al líder de los trabajadores agrícolas en ayuno, César Chávez, donde le dijo “Como hermanos en la lucha por la igualdad, tiendo mi mano en señal de hermandad y buena voluntad y deseo éxito continuo a usted y sus miembros… Usted y sus valientes compañeros han demostrado su compromiso para restaurar los opresivos errores causados sobre la gente explotada. Nosotros estamos juntos a ustedes en espíritu y en determinación de que nuestros sueños por un mejor mañana serán realizados.”

Señalo, brevemente, algunas ideas de King que creo siguen siendo vigentes para nosotros y nosotras hoy. Primero: King reconoce que ante la crisis del capitalismo el movimiento obrero fue “la respuesta inspiradora a esta intolerable y deshumanizada existencia”. Nunca debe olvidarse la historia de la contribución de la lucha obrera y sindical al mejoramiento de las condiciones de vida no sólo para la clase trabajadora sino también para la sociedad en general. Lucha en la cual las mujeres han jugado un rol protagónico y esencial. Nuestro reconocimiento a ellas en esta hora. 

Segundo: King señala que “… nosotros sabemos que si no hay una organización simultanea de nuestras fuerzas, no tendremos los medios para movernos hacia adelante”. Una de las propuestas más importantes de King, y una de las mayores amenazas al sistema capitalista ayer y hoy, era su insistencia en crear un movimiento social y político que estuviera por encima de las diferencias raciales y culturales. Insistía en un movimiento amplio y diverso como la fuente de transformación de la sociedad. En este momento crucial en el que vivimos no podemos darnos el lujo de seguir con nuestro tribalismo y nuestros sectarismos. Si nuestro compromiso es mejorar las condiciones materiales y espirituales de la clase trabajadora y del pueblo, es necesario y urgente una unidad de principios en medio de la diversidad de métodos. Dentro del movimiento obrero y sindical debe superarse la diferencia entre sector privado, público o semipúblico. Todos y todas somos trabajadores y trabajadoras.

Sobre esta unidad King va más allá y nos invita a crear una amplia coalición si deseamos alcanzar nuestras metas. “Si una coalición de conciencias entre las fuerzas laborales, la iglesia, la comunidad académica y el movimiento de derechos civiles no surge para hacer estas situaciones inescapablemente claras y demandar soluciones, entonces tengo temor que la hostilidad y la violencia producirán una crisis de proporciones nacionales”. Hoy se hace más que necesario esta amplia coalición. Coalición que este consciente de la interseccionalidad de nuestra lucha y nuestras luchas; con el entendimiento de King de que “si uno cae el otro también cae”. Esta lucha no es de un sector o un grupo particular. La unidad de los opresores y las opresoras es clara. Contra esa unidad tiene y debe existir una unidad que luche desde distintos frentes por la creación de una nueva sociedad. Una sociedad basada en los valores de la igualdad, la justicia, la solidaridad y la inclusión. 

Tercero: King afirma que “… los sindicatos tendrán que intervenir en la vida política de la nación para marcar el curso que distribuye la abundancia para todos en vez de la concentración para unos pocos”. King estaba claro del potencial político de la clase trabajadora a través de su organización. Son las uniones y los sindicatos, junto a las organizaciones comunitarias, quienes deben señalar el curso en la construcción de una sociedad basada en la justicia y la solidaridad. El movimiento obrero y sindical debe superar su concepción “tallerista” y moverse a una participación política activa amplia. Reconocemos en este momento a la UTIER por liderar la lucha contra la privatización de uno de nuestros activos más importantes y esenciales. Pero esta lucha debe llevarse a todo rincón del país. Apoyar a las organizaciones sociales y comunitarias en su lucha contra la privatización de nuestras costas y playas. Apoyar a las organizaciones magisteriales en su lucha contra la privatización de nuestra educación pública, por mejorar las condiciones de trabajo, salariales y de retiro. Luchar con el estudiantado y el cuerpo de docentes y trabajadores para defender nuestra Universidad. Luchar contra la privatización de los servicios esenciales de apoyo al pueblo. Luchar contra la privatización del transporte de nuestros hermanos y hermanas en Culebra y Vieques. Apoyar las luchas comunitarias contra el envenenamiento de nuestros suelos, nuestro aire y nuestra agua por parte de empresas contaminantes. 

Es fundamental que hoy, no mañana, las instituciones religiosas, más allá de la diversidad y de las diferencias existentes, creen un frente para apoyar las luchas del movimiento obrero y sindical y las luchas comunitarias en nuestra nación.

Concluyo con dos iluminadoras frases del pastor King que pueden servirnos como norte en este día que recordamos la heroica gesta de la clase trabajadora en 1886 en la ciudad de Chicago por mejor las condiciones de vida del pueblo. 

“Nuestra lucha es por la igualdad genuina, lo cual significa igualdad económica… Nosotros podemos obtener mucho más juntos que divididos… y este es el camino en el que ganamos poder… saben que cuando hacemos las cosas juntos no nos pueden destruir… déjenme asegurarles que nos levantamos juntos o nos hundimos juntos”.

Una unidad basada en el respeto mutuo a nuestra diversidad, la solidaridad en nuestra interdependencia y mutualidad y el reconocimiento de que sólo la unidad nos salvará. 

25 abril 2021 – De Memphis a LUMA: Martin Luther King, Jr. y los Retos del Sindicalismo Puertorriqueño

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