Mente fuerte y corazón tierno (II)

Por Juan Ángel Gutiérrez Rodríguez

hay una búsqueda casi universal por las respuestas fáciles y soluciones digeridas. Nada le duele más algunas personas que el tener que pensar.

King continua su reflexión sobre “Mente Fuerte y Corazón Tierno” describiendo lo que considera es una mente fuerte. Es la mente fuerte la que nos permite enfrentar los lobos y lobas que encontraremos en el camino de la lucha por la justicia, la paz, la solidaridad y la inclusión. Es el fundamento de una espiritualidad de resistencia y lucha de una praxis profética militante.

Señala King que una mente fuerte es “caracterizada por un pensamiento incisivo, un acercamiento realista y juicio decisivo… es aguda y penetrante, rompiendo a través de la corteza de leyendas y mitos y discerniendo lo verdadero de lo falso… tiene una fuerte, austera cualidad que hace por la firmeza de propósito y la solidez del compromiso”. Concluye King su descripción de una mente fuerte afirmando que “hay una búsqueda casi universal por las respuestas fáciles y soluciones digeridas. Nada le duele más algunas personas que el tener que pensar”.

En una sociedad colonizada y oprimida, como la puertorriqueña, una mente fuerte es una amenaza al sistema. Una mente fuerte, y sobre todo una mente fuerte cristiana, es una que debe estar dispuesta a cuestionar todas las premisas en la que está fundamentada nuestra realidad. Esa mente fuerte es esencial para una espiritualidad de resistencia y lucha. 

Desde la perspectiva de la fe cristiana una mente fuerte debe estar pendiente no al ateísmo sino a la idolatría del y al sistema. Idolatría que conlleva la muerte de los y las más débiles y a la explotación de las mayorías. Debe cuestionar, poner en tela de juicio, todo aquello que ponga en precario la vida plena de todo ser humano. Debe cuestionar los supuestos de una sociedad política (colonia) que es producto de una relación política de desigualdad. Debe cuestionar los supuestos de una sociedad económica (capitalismo) que es producto de relaciones de explotación y empobrecimiento. Debe cuestionar los supuestos de una sociedad civil (patriarcal) que es producto de relaciones de exclusión y opresión. 

Esa mente fuerte incisiva debe ayudarnos a tomar decisiones realistas sobre los problemas que nos aquejan día a día. Decisiones realistas que sean productos de ese análisis incisivo. Decisiones realistas sobre cuáles son las mejores alternativas para nuestra realidad. Decisiones que reflejen los valores y principios de la fe de Jesús. Reflejar los valores y principios de Jesús es el punto de partida de una espiritualidad cristiana para la resistencia y la lucha. 

Es una mente que liberara a la sociedad de las “leyendas y mitos” en la que se fundamenta. En nuestro entorno puertorriqueño uno de los mitos más incrustado en nuestra mentalidad es la de que no podemos ser una nación independente porque sin los Estados Unidos no sobreviviremos. Los estudios económicos han demostrado que quien no puede vivir sin la explotación de nuestros trabajadores y trabajadoras y de nuestro medio ambiente y recursos naturales son los Estados Unidos (PR recibe 18 millones, EUA recibe 70 millones). Es fundamental desbancar el mito de la inferioridad y la incapacidad de nuestra gente y nación para tomar decisiones colectivas sobre su futuro. 

Una mente fuerte es una de “firmeza de propósito y la solidez del compromiso”. Una mente fuerte toma decisiones y es firme en lograr el propósito. Una mente fuerte no vacila ante las dificultades y retos. Una mente fuerte tiene un sólido compromiso con construir una sociedad justa, libre, solidaria e inclusiva. Un compromiso que enfrenta la violencia, la persecución y la exclusión con determinación y arrojo, pero sin dejarnos dominar por ella.

Luego de describir la mente fuerte, King señala que no hay nada más doloroso y difícil para el oprimido y la oprimida que tener que pensar; buscar soluciones reales y creativas a los problemas que enfrentamos. El sistema de dominación se ha encargado de hacerlo difícil cuando pone en tela de juicio los análisis de quienes piensan críticamente y de forma alternativa.  Cuando cuestiona la educación liberadora y ponen en riesgo la educación pública.

Continúa su reflexión señalando que la mente suave se encuentra en su “credibilidad increíble”. Aquí King reflexiona sobre el rol de la publicidad en manipular a la gente. Esta credibilidad increíble es la “aceptación del lector de la palabra impresa como la verdad última… pocas personas tiene la fortaleza de mente de juzgar críticamente y discernir la verdad de los falsos, de los hechos de la ficción”. Para King la mente débil es la que acepta sin cuestionar la información de los medios de prensa. Nunca debemos olvidar que la prensa es parte del sistema económico y cuyo papel, en la mayoría de las veces, es mantener la mente débil con medias verdades, mentiras y desinformación. Los medios de comunicación NO son objetivos. No están libre de intereses. No debemos olvidar las palabras sobre la prensa de otro gran líder de la libertad y la justicia Malcom X “si no estamos prevenidos ante los medios de comunicación, nos harán amar al opresor y odiar al oprimido”. Esto lo hemos experimentado en la actual guerra de Rusia contra Ucrania. Ambos lados, Rusia y la Comunidad Europea y Estados Unidos, han estado controlando la información para adelantar sus intereses en menoscabo de la vida y la seguridad del pueblo ucraniano. 

Otro elemento para King de una mente suave es la de “acoger toda clase de supersticiones”. La mente suave, que no desea reflexionar o cuestionar, queda invadida por miedos irracionales. Miedos que no están basados ni en la realidad ni en los fundamentos de la fe ni en el conocimiento humano. Uno de esos miedos irracionales para King es el miedo al cambio. Miedo que no nos permite avanzar. Que no nos permite tomar riesgos para mejor nuestras condiciones. No nos permite ver que “otro mundo es posible”. Ese miedo al cambio lleva a basar nuestra seguridad en el “estatus quo”. Para King la mente suave “quiere perpetuar el momento presente y subordina la vida al juego de la inmutabilidad”. Algunos y algunas desean mantener una realidad política la cual se nos ha dicho que no ha existido ni existe. Otros y otras que desean una relación política que repetidamente se nos ha dicho que no es posible. Esa es una mente débil. 

Esta mente débil, nos dice King, ha invadido también a la religión. Cuando una religión, cualquier religión, deja de ser crítica de sí misma es una religión débil. Cuando una religión, cualquier religión, deja de ser crítica de su práctica es una religión débil. Cuando una religión, cualquier religión, deja de cuestionar sus fundamentos es una religión débil. Señala King que “a través de edictos y bulas, inquisiciones y excomunicaciones, la iglesia ha intentado prorrogar la verdad y poner una impenetrable pared de piedra en el camino de los buscadores de la verdad.” Las denominaciones y las iglesias en muchas ocasiones han sido y son el principal obstáculo para la creación de una sociedad más justa, libre, solidaria e inclusiva. En broma y en serio concluye “las personas con mentes suaves han revisado la bienaventuranza para que lea “bienaventurado son los puros en ignorancia, porque verán a Dios”.

Otra característica de una mente débil es la creencia de que hay conflicto entre la ciencia y la religión. King apunta que “el conflicto es entre religiosos de mente suave y científicos de mente fuerte, pero no entre ciencia y religión… No son rivales. Son complementarios. La ciencia mantiene a la religión de hundirse en el valle del irracionalismo lisiado y obscurantismo paralizante. La religión previene a la ciencia de caer el pantano del materialismo y el nihilismo moral”.

Esto lo hemos visto en los pasados años con líderes políticos y religiosos en todo el mundo cuestionando a la medicina y a la ciencia sobre la realidad y los efectos del COVID19. Este cuestionamiento a la ciencia de nuestras instituciones religiosas, producto de la ignorancia, de la superstición y del miedo, ha causado la muerte al menos 3 millones de personas alrededor del mundo al permitir que la desinformación, el engaño y la mentira se apodere de nuestra reflexión y de nuestra acción. Este cuestionamiento a la ciencia llevó a cuestionar la importancia de acciones de solidaridad (uso de mascarilla, distanciamiento físico, limitación a la movilidad) para evitar el contagio y la muerte.

Lo hemos visto en la discusión sobre la mal llamadas “terapias de conversión”. La ciencia nos ha señalado con claridad los efectos nocivos de estas prácticas para quienes la reciben. La ciencia nos ha dicho con claridad la inefectividad de estas prácticas. La ciencia también nos dice que los aspectos del género son mucho más complejos de lo que creemos. 

No estamos llamados a aceptar todo lo que la ciencia nos dice. Debe ser cuestionada como todo en nuestro entorno. Pero no debe ser rechazada simplemente porque no este acorde a nuestras interpretaciones del texto sagrado, nuestras construcciones teológicas o nuestros intereses económicos o políticos.

Esta actitud de la mente suave, sobre todo ante la ciencia, es una de las causas básicas del prejuicio racial. Hoy día es una de las causas para las exclusiones que muchos miembros de nuestra comunidad experimentan. Nos dice King “La persona con una mente fuerte siempre examina los hechos antes de llegar a una conclusión… El prejuicio social es producto del miedo sin fundamento, sospechoso y mal entendido”. Toda exclusión es producto de una mentalidad débil. Toda exclusión debe ser cuestionada a la luz de la fe y del conocimiento humano.

Concluye King esta sección afirmando que “Hay muy poca esperanza para nosotros hasta que tengamos una mente lo suficientemente fuerte para liberarnos de las cadenas del prejuicio, las medias verdades y la absurda ignorancia. La situación del mundo de hoy no nos permite el lujo de una mente suave”.  Estas palabras siguen siendo vigentes hoy. 

Una espiritualidad de resistencia y lucha comienza liberándose (descolonizándose) de todas las supersticiones, teorías y teologías que nos mantienen oprimidos y oprimidas a la realidad del pecado y maldad de la injusticia, la exclusión, el empobrecimiento y la explotación. Una espiritualidad de resistencia y lucha se fundamenta en una mente fuerte que este dispuesta a luchar contra las supersticiones, las mentiras, la desinformación y el miedo (mentalidad colonizada y oprimida). Una espiritualidad de resistencia y lucha debe reflexionar y cuestionar toda nuestra realidad a la luz de los valores de las Buenas Nuevas del Reino de Dios.

Parafraseando las palabras del apóstolo Pablo a los Romanos en el capítulo 12: “No os conforméis a la mentalidad débil y colonizada de este siglo, sino transformaos y liberaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento y conocimiento desarrollando una mente fuerte para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta que da vida plena y abundante”.

Continuamos la próxima semana… 

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