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Pues bien, háblales en mi nombre, y diles “Esto dice el Señor: Pueblo mío, voy a abrir las tumbas de ustedes; voy a sacarlos de ellas y hacerlos volver a la tierra de Israel” Ezequiel 37:12
Profetiza, Pueblo mío, profetiza una vez más. Que tu voz sea al eco del clamor de los Pueblos en opresión... Denuncia tú a aquellos que causan opresión para que se conviertan y vuelvan a su Dios... Sea tu esperanza y sea tu misión el construir la nueva comunidad de amor... Profeta te consagro, no haya duda y temor en tu andar por la historia; sé fiel a tu misión. (Profetiza, Pueblo Mío, Martha Zárate Macías)
1 de mayo de 2021
Reciban un saludo cordial de parte de la Mesa de Diálogo Martin Luther King, Jr. y de su cuerpo coordinador. Nos acercamos a ustedes, nuestr@s pastor@s y profetas, para traer ante su atención el clamor de un pueblo que necesita escuchar una voz que les convoque a caminar en la senda de la paz con justicia. Llamamos con amor y firmeza su atención por su responsabilidad indelegable como líderes de nuestro pueblo: ustedes son esa voz que no se escucha.
Las circunstancias históricas por las que atraviesa nuestro Archipiélago ponen a prueba una vez más la profundidad y alcance de la misión profética de la iglesia protestante. Esta es una invitación sincera que brota del avivamiento que produce la poderosa presencia del Cristo resucitado y del Espíritu del Señor.
Comprendemos la complejidad en la composición de las iglesias, su diversidad de pensamiento teológico, ideológico, cultura religiosa, su demografía de clase social, género, generacional y raza. Reconocemos el papel complejo de los ejecutivos y obispos de mantener sus iglesias unidas y detener el decrecimiento que sufren. Compartimos sus preocupaciones sobre el impacto económico y demográfico en la iglesia producto del colapso social y económico indetenible, luego de las catástrofes producidas por los huracanes, terremotos, emigración y una pandemia avasalladora. Entendemos su celo por mantener la cohesión y estabilidad interna, y evitar diálogos sobre temas que levanten ronchas. No obstante, ni la cohesión, ni las limitaciones económicas ni la pérdida de membresía relevan o se sobreponen a la responsabilidad histórica, profética y moral del liderato religioso a señalar y condenar las condiciones de injusticia que nos oprimen. Las ronchas de un diálogo sobre estos temas incómodos podrían ser un síntoma pasajero de sanidad, preferibles a las heridas profundas auto- infligidas por el silencio.
Las presiones y pretensiones de neutralidad y consenso para silenciar al liderato religioso del país y preservar la unidad en la iglesia terminan contribuyendo al fortalecimiento de las condiciones de injusticia que son la causa del estancamiento del país. La mal concebida “prudencia” del silencio en torno a los temas medulares de justicia social hace que la iglesia y su liderato luzcan impertinentes, irrelevantes, y llega un momento donde es traición. ¿Acaso no fue esto lo que expresaron las palabras poderosas y desafiantes del Dr. Martin Luther King, Jr. y el Obispo Desmond Tutu?:
Llega un momento en que uno debe tomar una posición que no es segura, ni política, ni popular. Pero, uno debe tomarla porque es la correcta… El lugar más caliente del infierno está reservado para aquellos que permanecen neutrales en tiempos de gran conflicto moral.
-Rvdo. Martin Luther King, Jr.
Si eres neutral en situaciones de injusticia, has elegido el lado del opresor.
-Obispo Desmond Tutu
El compromiso evangélico profético de la denuncia y de acompañamiento a los esfuerzos organizados para resistir las injusticias es un imperativo. La ̈santidad social ̈ o ̈espiritualidad social ̈ no son un ornamento cosmético o académico que se muestran y se esconden según convenga. La teóloga Agustina Luvis nos recuerda que:
…nuestro compromiso social nace del seguimiento al Maestro y se traduce en una ética que hace realidad en la tierra su reino de justicia y su voluntad, así como en los cielos.
En los pasados meses la Mesa MLK, Jr. ha celebrado diálogos con diversos sectores de la sociedad que se plantean modelos nuevos de humanidad y sociedad. Ha sido un conversatorio público, crítico y honesto de múltiples crisis espirituales y sociales. Hemos integrado voces ahogadas e invisibilizadas del corazón de las iglesias y del margen de estas. Hemos escuchado las denuncias y requerimientos de jóvenes cristianos que reclaman la presencia de la Iglesia fuera de los templos; de líderes comunitarios, cristianos y no cristianos, pastores/as de iglesias de puertas abiertas, líderes feministas, ambientalistas, gremios sindicales y grupos de la sociedad civil que resisten los atropellos al pueblo en general y sectores vulnerables en particular y que proponen alternativas con perspectivas liberacionistas. ¿Y ustedes, qué han dicho? El cuestionamiento al silencio e indiferencia del liderato evangélico de cúpula es consistente y la denuncia de su invisibilidad, con contadas excepciones, es desconcertante. Las personas y las instituciones comienzan a languidecer cuando ocultan o guardan silencio ante asuntos que atentan contra la vida plena. La oscuridad del silencio y la indiferencia solo las deshace el diálogo abierto, sincero y crítico.
Para agravar la situación, el conservadurismo y el fundamentalismo religioso monolítico, no sólo se ha extendido progresivamente en nuestras congregaciones, sino que se ha posicionado en la esfera pública y política, sin contraparte que balancee la opinión y acción evangélica pública con perspectivas críticas y liberacionistas. El conservadurismo de corte fundamentalista transita por la vía franca, homogenizando el discurso público de la iglesia, hasta el punto de que se proyectan como sinónimo de la iglesia puertorriqueña. Retumba con dolor la frase de Luther King: “Lo preocupante no es la perversidad de los malvados, sino la indiferencia de los buenos”.
¿Qué esperamos de los Ejecutivos y Obispos de las iglesias protestantes en Puerto Rico?
Que rompan los silencios para emprender un diálogo sistemático, sostenido, inclusivo y sustentable, iluminados por la misión y la visión de Dios en el mundo. Un diálogo dirigido a establecer grupos de diálogo y trabajo ecuménicos para ver, juzgar y proponer alternativas transformadoras a estos y otros serios problemas:
- los fundamentalismos religiosos
- el patriarcado dentro la iglesia y la sociedad
- el neoliberalismo del desastre y la necesidad de un desarrollo sostenible y sustentable que erradique la pobreza infantil y la dependencia
- la privatización de los servicios y patrimonio públicos
- los planes de ajustes para el pago de la deuda pública y los efectos para las poblaciones vulnerables, pensionados(as) y la Universidad de Puerto Rico
- la corrupción gubernamental y el sistema electoral
- mecanismos democráticos para la descolonización de Puerto Rico conforme a los derechos humanos.
Que se expresen públicamente en los medios de comunicación masiva y redes sociales sobre los temas medulares que evidentemente son pecado. El pueblo, y no sólo las congregaciones seguras en los templos necesitan escuchar la voz de una Iglesia liberadora para encaminarnos a una vida plena.
El Rev. King, nos recuerda que “siempre es el momento apropiado para hacer lo que es correcto ̈.
Y en lo que la Mesa de Diálogo Martin Luther King, Jr. pueda apoyarlos a realizar estas u otras iniciativas proféticas y sanadoras, cuentan con nosotr@s.
La mano de Dios en nuestro mundo está derribando estructuras de opresión. He aquí la destrucción de toda explotación por la poderosa mano de Dios.
La mano de Dios en nuestro mundo está Obrando con juicio y con amor. La iglesia sin temor se une con valor a estas obras de la mano de Dios.
(La mano de Dios, Patrick Prescod)
En la causa de la construcción de la paz con justicia,
Rvda. Edma Torres Lopez Co-Coordinadora Mesa MLK
Lester C. Santiago Torres Co-Coordinador Mesa MLK